Entre el Árbol del Oakland y el Corcovado de Cayalá

Esta ha sido una semana agitada alrededor de dos sucesos comerciales en la Ciudad de Guatemala que han generado revuelo en redes sociales.

El primero suceso tiene que ver con la instalacion de un árbol navideño en Oakland Mall patrocinado por la prestigiosa marca de joyería de cristal Swarovski y el segundo suceso tiene que ver con la campaña «White Weekend Trip» de Paseo Cayalá en donde se utilizó la imagen del Cristo de Corcovado ubicado en Río de Janeiro, Brasil.

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Foto: Publinews

Respecto al tema del árbol navideño, la controversia gira alrededor de la noticia publicada por Publinews en dónde se invita a las personas a visitar el «árbol que vale Q.2.5 millones». Las reacciones en redes sociales no se dejaron esperar.  Mucha de la crítica gira alrededor del costo del árbol relativo a la «realidad del país» o a la «falta de insumos en hospitales» en dónde se hace una extraña correlación que pareciera poner a la empresa responsable del árbol como si fuese la responsable de la lamentable situación que la gran mayoría de personas en Guatemala vive. ( Un suceso similar sucedió con aquella terriblemente desafortunada coincidencia entre el viaje del Pescado Ruiz a jugar a USA y el fallecimiento de una persona en las afueras de un hospital público.)  Quizás la columna publicada ayer en El Periódico, escrita por Marcela Gereda, resuma muy bien mucho del sentimiento alrededor de este tema:

«La semana pasada Publinews invitaba con el alucinante anuncio: Visita el árbol navideño de 2.5 millones en Guatemala. Ante la amable invitación lanzada al aire en uno de los países con mayor índice de pobreza, atónitamente uno se pregunta: ¿Qué tipo de sociedad estamos modelando para con esta ceguera optativa que evade impunemente la otra realidad del país?, ¿qué significa este símbolo de cristales en el templo de lo absurdo en un país que se cae a pedazos?, ¿por qué no haber hecho un árbol navideño de becas escolares en vez de uno que no sirve para nada (énfasis mío)?, ¿qué mensaje se lanza a la población exhibiendo un árbol que cuesta esos millones?»

En definitiva, hay preocupaciones legítimas, pero a la vez, creo que se llega muy rápido a conclusiones:

  1. Tomemos en cuenta que el árbol solo cuesta Q2.5 millones (de acuerdo a las dependientes de la tienda, cada copo de cristal está valuado en Q.600) si:
    • La empresa que representa Swarovski pagó esa cantidad por montar el árbol, cosa que es poco probable, dado que el «Árbol Swarovski» es una iniciativa global de la marca en ciudades como Sydney, Nueva York y otras.  Lo más probable es que la marca haya enviado todo y aquí únicamente se haya pagado el montaje.
    • Los copos solamente podrán valer Q600 si se ponen a la venta y alguien los compra.  Esta es la única forma en que económicamente se forma un precio.  De lo contrario, no hay mayor cosa qué discutir aquí.
  2. Esta es una iniciativa libre y voluntaria de la marca y quienes los representan aquí.  De esa cuenta, estamos en libertad de que nos guste o no, pero no podemos tampoco criminalizar a una organización que está ejecutando su estrategia mercadológica para esta temporada de fin de año que, además de generar altas ventas, sostiene varios empleos directos e indirectos.
  3. Se ignoran las iniciativas de responsabilidad social empresarial de Swarovski como marca y corporación (que de hecho sí las tiene) y también ignoramos si la empresa que aquí representa la marca tiene sus acciones.
  4. Independiente de eso, la principal «responsabilidad social» de cualquier empresa está en ofrecer productos y servicios de alta calidad a sus consumidores de manera honesta y ética, proveer empleos dignos y apegados a los dictados de la ley y generar una utilidad que le permita sostenerse en el tiempo y de esa manera, garantizar el empleo de las personas que allí trabajan.
  5. La única manera en que podría conectarse a la empresa con los problemas del país es si se le comprueban ilícitos fiscales o asuntos parecidos, cosa que no se ha planteado ni se le ha imputado a la empresa.
  6. En el lastre del ataque, se cuestionan también -aunque sin críticas tan vehementes- iniciativas comerciales como el Árbol Gallo y las Luces Campero que sin duda alguna, representan inversiones mucho mayores -con sus respectivos réditos-.  Marcela Gereda tira el comentario en su columna: «Gente aislada, miope, construyendo una burbuja ficticia de paz, incapaces de autocriticarse y de reconocerse en la imagen distorsionada que el espejo les devuelve, viviendo ciegamente en su torre de marfil, con sus cuentas en sus paraísos fiscales, protegiendo a sus amigotes corruptos, llamándose a sí mismos religiosos pero con la más barata de las éticas, y viviendo de espaldas a un país del que solo extraen recursos sin pagar impuestos.  Pero da igual mientras hayan luces Campero, árbol Gallo, y este otro símbolo de cristales que aunque sea nos genere la ilusión instantánea de estar por un rato en Nueva York o en París.»  Una crítica fuerte pero que cae en el lamentable error de la generalización, la acusación impulsiva y que continua evocando el lenguaje anti-empresarial y de lucha de clases que tanto ha destruído no solo en Guatemala, sino alrededor del mundo.

corcovado_0Respecto al tema del uso de la imagen del Corcovado en la campaña de Paseo Cayalá, las reacciones que se capitalizaron a través de la etiqueta #NoVoyaCayala en Twitter, tienen que ver con lo que muchos consideraron como sacrílego.  La imagen utilizada muestra al Cristo de Corcovado -imagen que se utiliza con muchísima frecuencia como símbolo turístico de Brasil y Rio de Janeiro más que un símbolo de fe- con bolsas de compras en el contexto de una campaña mercadológica que está rifando viajes a distintos destinos y utiliza otras imágenes de estatuas famosas como la Estatua de la Libertad en Nueva York y el David de Miguel Ángel ubicado en Italia.  La controversia ha llegado al nivel de campaña de CitizenGo pidiendo que se quite la imagen de la campaña.

Aquí, hay que considerar varios puntos que son importantes:

  1. ¿Por qué no se generó este mismo nivel de indignación cuando la imagen del mismo Corcovado se utilizó tantas veces para el pasado mundial de fútbol?
  2. Durante la época navideña, así como durante Semana Santa, la sensibilidad religiosa de los guatemaltecos tiende a subir y por ende, es prudente para las marcas evitar el uso comercial de estos símbolos para no alinear a la gran mayoría de sus consumidores.
  3. ¿Por qué no nos indigna la imagen comercial de Santa Claus que ha secuestrado con total impunidad la fiesta de Navidad y la aleja cada vez más de la celebración de la Encarnación, el nacimiento de Jesús? El Santa Claus de hoy no es ni será jamás el San Nicolás de Bari de donde se origina…..

El gran tema de fondo aquí es la distorsión que la celebración de Navidad ha sufrido en Guatemala.  La realidad de la Encarnación de Jesús y el anuncio de los ángeles de la venida del Mesías se queda atrás como el más tenue de los ecos, sofocado por el bullicio de la época, los convivios y el uso de palabras como «magia» para describir la época y colocar al centro de la celebración temas como generosidad, famila, amistad, etc sin una firma ancla o centro: Jesús.

Por el otro lado, queda evidente que hemos perdido más allá de la noción de Navidad, dos cosas muy imporantes: nuestra capacidad de celebrar y contemplar y nuestra apreciación de lo bueno, bello y verdadero.  Cuándo Marcela Gereda habla en su columna de que estamos «disfrazando de la magia de la navidad» nuestros «espacios de visión» o de que un lindo árbol decorado «no sirve para nada», se pone en evidencia de que hemos sucumbido y mordido el anzuelo más peligroso para una sociedad: el pragmatismo.

El pragmatismo hace de todo y de todos simples objetos de consumo y mide el valor de las cosas y de las personas en función únicamente de su utilidad, si sirven para algo.  El ser ya no vale, ya no importa.  La única pregunta válida es «para qué».

Si en el tiempo del evangelista Lucas, hubiesen existido las redes sociales y las columnas de prensa, quizás los cuestionamientos a la prodigalidad de Dios en el anuncio del nacimiento de Jesús a través de los ángeles a los pastores (Lucas 2) se habría topado con la misma crítica de hoy…crítica que no es nueva…ya Judas, discípulo de Jesús criticaba el «despilfarro» de María, la hermana de Lázaro, a los pies de Jesús:

1Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. 3Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.
4Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: 5«Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres». 6No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.
7Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. 8Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán». (Juan 12:1-8, NTV)
De los ángeles y la manera que anunciaron el nacimiento de Jesús, las críticas hacia Dios el Padre hubiesen sido similares: ¿Por qué no aliviar la pobreza mundial en lugar de montar semejante show para unos pocos pastores? ¿Por qué tanta canción cuando Israel está siendo oprimido por Roma? ¿Por qué tanto despilfarro y no mandar a los ángeles a sanar a los enfermos? ….y quién sabe qué otras críticas más…
Olvidamos que en estos grandes despliegues de belleza…tanto de los ángeles como lo que hizo María, hay algo más grande al centro que olvidamos…la adoración.  Nuestros corazones…todos nuestros corazones, están diseñados para adorar.  La pregunta no es si adoramos o no, la pregunta es ¿qué estamos adorando?
Hoy de manera hipócrita criticamos el árbol Swarovski mientras adoramos en el altar del Estado, creyendo que es su responsabilidad sanar todos los males del país.  Hoy nos indignamos y rasgamos las vestiduras ante el sacrilegio del Corcovado, pero nos postramos en el altar del aborto bajo la imagen de los «derechos reproductivos y sexuales» y entonamos alabanzas ante el altar de la «educación sexual integral» proveída por el Estado…falso mesías y salvador de muchos en nuestro país.
Si perdemos la capacidad del asombro, de ver y contemplar lo bello, iremos perdiendo la capacidad de amar, de orar y de extendernos más allá de nuestros propios intereses y volcar nuestras vidas en genuino servicio y generosidad a los demás.  Hans Urs von Balthasar lo dijo así:

“Belleza es la palabra con la que iniciaremos.  Belleza es la última cosa a la que el intelecto pensante se atreve a acercarse, ya que esta únicamente baila como un esplendor incontenible alrededor de la doble constelación de lo verdadero y lo bueno y su inseparable relación entre sí.  La belleza es aquella que es desinteresada, sin la cual el mundo antiguo se rehusaba a entenderse a sí mismo, una palabra que de forma imperceptible y a la vez inequívoca se ha despedido de nuestro nuevo mundo, un mundo de intereses, dejándole en manos de su propia avaricia y tristeza.  Sin ser amada ni promovida por la religión, la belleza ha sido levantada de su propio rostro cual máscara, y su ausencia expone rasgos en ese rostro que amenazan hacerse incomprensibles al hombre.  Ya no nos atrevemos a creer en la belleza y hacemos de ella mera apariencia para poder así, descartarla con facilidad.  Nuestra actual situación nos muestra que la belleza exige para sí misma al menos tanto coraje y decisión como lo exigen la verdad y la bondad, y que ella no permitirá que se le separe o prohiba estar con sus dos hermanas sin llevárselas con ella en una especie de venganza misteriosa.  Podemos estar seguros que quienquiera que menosprecie su nombre como si fuese el adorno de un pasado burgués -ya sea que lo admita o no- será incapaz de orar y dentro de poco, incapaz de amar.”

— Hans Urs von Balthasar, LA GLORIA DEL SEÑOR: UNA ESTETICA TEOLOGICA, VOL. 1 – VER LA FORMA

El filósofo alemán Josef Pieper en su libro «El Ocio y la Vida Intelectural» («Leisure as the Basis for Culture» en inglés) hace la conexión entre estas ideas y lo que debe estar al centro de nuestro anhelo a celebrar:

El ocio es un tipo de festival, de celebración y se encuentra en su mayor expresión durante festivales y celebraciones, incluyendo el descanso del Día del Señor.  La adoración está al centro de todos los verdaderos días festivos (incluyendo el domingo).  Aquellos asuetos (como el día del trabajo) que no tienen sus raíces en la religión, cuando se contrastan con aquellos que sí las tienen (Navidad, Semana Santa, etc), demuestran que tienen muy poco poder comparados con aquellos que sí tienen en el fondo una motivación religiosa.  Los asuetos del estado son descansos, tiempos de no hacer nada, de no estar involucrados en el trabajo económico y utilitario que el Estado quiere de sus ciudadanos.  En ese sentido, no son feriados en realidad dado que no tienen raíces, tradiciones, no tienen a Dios en el centro y carecen de adoración.

Entonces, no es posible tener feriados con celebraciones sin un sentido de adoración y de esa cuenta, no se puede tener verdadero ocio y una verdadera integralidad humana sin la adoración.

La adoración es sacrificial y es la verdadera fuente de riqueza para el alma (que es tanto el ímpeto que empuja y la meta del ocio).  La adoración, la celebración y el ocio son todas formas de descansar de nuestro trabajo y dedicar tiempo a Dios.  La abundacia y la riqueza fluyen de nuestra alma y corazón, no de los bienes materiales, y nunca es esto más evidente que durante los cultos de adoración los domingos, la celebraciones de días festivos, la lectura, cuando pensamos y cuando tenemos una buena conversación.

Cuando se separan de la adoración, las celebraciones y el ocio se cargan de trabajo.  La pobreza espiritual transforma el ocio en aburrimiento y en no hacer nada.  Quienes son espiritualmente pobres no pueden contemplar y pueden caer en desesperanza o simplemente apagarán sus mentes y sufrirán un terrible aburrimiento. (Comentario traducido de aquí.)

Celebrar, contemplar y adorar no excluyen nuestra responsabilidad de ver la realidad del país y abrirnos en generosidad al servicio de otras personas, especialmente los más necesitados.  Una lectura a consciencia de 2 de Corintios capítulos 8 y 9 nos da una muy buena perspectiva, así como la bella definición de Santiago acerca de lo que es la verdadera religión (ver también Isaías 58):

19Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. 20El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. 21Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma.
22No solo escuchen la palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. 23Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; 24te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. 25Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.
26Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada. 27La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa. (Santiago 1:19-27, NTV)
En medio de todo esto, tomemos también en cuenta la provisión para celebrar que Dios nos deja en Deuteronomio:
22»Deberás separar el diezmo de tus cosechas, es decir, la décima parte de todo lo que coseches cada año.23Lleva ese diezmo al lugar de adoración designado —el lugar que el Señor tu Dios elija para que su nombre sea honrado— y cómelo allí, en su presencia. Lo harás así con el diezmo de tus granos, tu vino nuevo, tu aceite de oliva y los machos de las primeras crías de tus rebaños y manadas. Esta práctica te enseñará a temer siempre al Señor tu Dios.
24»Ahora bien, cuando el Señor tu Dios te bendiga con una buena cosecha, podría suceder que el lugar de adoración que él elija para que su nombre sea honrado te quede demasiado lejos para llevar tu diezmo. 25En ese caso, puedes vender esa décima parte de tus cosechas y manadas, poner el dinero en una bolsa y dirigirte al lugar que el Señor tu Dios haya elegido. 26Cuando llegues, podrás usar el dinero para comprar cualquier clase de alimento que desees: ganado, ovejas, cabras, vino u otra bebida alcohólica. Luego comerás hasta quedar satisfecho en la presencia del Señor tu Dios y celebrarás con todos los de tu casa. 27No descuides a los levitas de tu ciudad, porque ellos no van a recibir ninguna asignación de tierra como las demás tribus.
28»Al final de cada tercer año, lleva todo el diezmo de la cosecha de ese año a la ciudad más cercana y almacénalo allí. 29Dáselo a los levitas —quienes no recibirán ninguna asignación de tierra como las demás tribus— y también a los extranjeros que vivan en medio de ti, a los huérfanos y a las viudas de tus ciudades, para que coman y se sacien. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo. (Deuteronomio 14:22-29, NTV)
Mi exhoración en medio de todo esto es: seamos siempre generosos, aprendamos a parar, a contemplar todo lo bueno, bello y verdadero y con un corazón agradecido, adoremos a Dios a través de todo lo que hagamos para Él y lo que hagamos en servicio a otros.

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